Una Vida Truncada

Tenía treinta años, cuando fue ingresada con diagnóstico de hernia inguinal por lo que fue sometida a cirugía, en el desarrollo de la cirugía surgió, lo que los médicos después llamaron una complicación, que genero una hemorragia, todo hubiese sido normal sino es por el hecho que no le habían hecho el tipeo sanguíneo previo a la cirugía, por lo que en el momento procedieron a hacerlo, supieron que tipo de sangre era pero no tenían en el banco de sangre de emergencias, la hemorragia fue tal que le causo un Shock Hipoglucémico, o como decimos los que no somos Doctores “se vació en sangre”, ella tuvo un paro cardíaco.

La cirugía que se presentaba como rutinaria por esa sucesión de condiciones se trasformó en el escenario en el que Ella perdería la vitalidad la fuerza, ya no sería la misma. El paro cardíaco no se revirtió a tiempo por lo que la falta de oxígeno provoco un daño cerebral permanente, Ella quedo en estado vegetativo.


El Hospital del ISSS de Santa Ana fue el escenario de ahí fue trasladada a San Salvador donde permaneció por más de 2 años hospitalizada para mantenerla con vida, (El calvario vivido por Ella y su madre durante esos 2 años es escalofriante).

Hace un año aproximadamente se la “entregaron” a su madre, una mujer de mediana edad que tuvo que dejar de vender en el mercado para dedicarse a cuidar a tiempo completo a quien era su esperanza de apoyo; y así transcurrieron los días hasta el pasado JUEVES 3 de julio cuando su madre recibió una llamada del Director del Hospital del Seguro Social de Santa Ana, en la cual le requerían que hospitalizaran  a su hija para una “evaluación”; MARITZA MURIO AYER.


De no ser por la oportuna intervención del Licenciado David Morales quien en su calidad de Procurador Derechos Humanos apoyo a la madre de Maritza en su decisión de realizarle una autopsia esta no se hubiese realizado, pues en repetidas ocasiones personal médico le insistió en que no lo hiciera y que de una vez se la llevara a enterrar; a este momento se espera el resultado.